

Se trata de un establecimiento con un entorno estupendo, con una
edificación del siglo XVIII que dispone de un salón principal y varios
salones privados. Además suma el enorme atractivo de la cantidad de
lugares agradables en sus jardines haciendose muy recomendable disfrutar
de ellos. En cuanto a la cocina, podemos hablar de unas propuestas
basadas en la gran calidad de sus productos, conservando la tradición
pero con todas las mejoras contemporáneas que aumentan las propiedades y
características de cada plato. Todo ello con materia prima e ingredientes frescos de primera calidad y regado con una amplia bodega basada en vinos de varias denominaciones (Rioja, Ribera del Duero, Toro,...).

En nuestra visita comenzamos con un dulce "Foie sobre pan de especias al ron y manzana caramelizada" que aunque resultó excepcional, fue un buen telonero para unos envidiables "Caballitos crujientes con menta y albahaca" que sorprendieron mucho a todos, ya que uno no espera cuando come caballitos encontrarse sabores que recuerdan a un mojito en la boca. Altamente recomendables.
Si buenas resultaron las dos primeras propuestas, no menos interesante fue el siguiente doblete compuesto por un estupendo "Volován de txangurro gratinado" y una recomendable "Crema de marisco con frutos del mar" que levantó comentarios por la calidad de los ingredientes y el resultado tan sabroso del plato.
A la hora de ponermos un poco más serios, una "Lubina hojaldrada con salsa marinera" colocó a todos los comensales en una posición de admiración por lo acertado del plato y su preparación.
Para preparar el paladar y atacar el plato representante de las carnes, un "Sorbete de Petit Suit" que además de hacer su trabajo hizo que retrocedieramos a nuestra infancia recordando esos sabores de meriendas infantiles.
Como plato de carne y para finalizar nuestra cena, un maravilloso "Taco de cordero deshuesado en su jugo con puré de patatas al pimentón" que sin duda es uno de los platos que toda persona que visite Torre de Zoco deberÌa probar.
Como no puede haber una buena cena sin un buen postre, el "Pecado de chocolate con helado de vainilla" demostró que pecar algunas veces es bueno. Para los amantes del chocolate quizá es el postre de referencia.
Amatus D.O. Jumilla, Pazo D.O. Ribeiro, Yllera D.O. Rueda. Juan Gil D.O. Jumilla y Möet Chandon. Maridaron perfectamente con los platos que acompañaban.
Nuestra única recomendación posible es visitar el restaurante Torre de Zoco en distintas ocasiones, ya que un domingo por la mañana es acertado para un almuerzo o comida familiar, cualquier noche resultaría perfecta para una cena romántica y cualquier día una comida de trabajo sería más amigable disfrutando de las posibilidades que ofrece Torre de Zoco.