 
 Se trata de un restaurante particular en todos los sentidos, no abre los fines de semana, solo ofrece cenas, se encuentra en el interior de un cabaña africana, no es fácil de localizar, entonces... ¿Cómo es posible que tenga una Estrella Michelín?. La respuesta se encuentra nada más apearse del coche. Un entorno envidiable, unos jardines estupendos, un ambiente relajado y una decoración exclusiva. Pero como dice el refrán por mucha seda que se ponga la fea... en este caso, debajo de la seda no hay nada feo, la artillería culinaria del restaurante, así como las técnicas de preparación, lo sorprendente y espectacular de los platos realizados son sin duda alguna toda una experiencia divertida, envolvente que ilusionada los todos y cada uno de los sentidos de los comensales, todo ello dirigido por Pablo González-Conejero, bien merecen una Estrella Michelín. Los socios del Club Murcia Gourmet disfrutamos de un menú degustación que nos prepararon con los platos habituales del restaurante, durante toda la velada se escapaban comentarios de sorpresa y admiración hacia cada uno de los platos por su singularidad, espectacularidad, originalidad y sobre todo las explosiones de sabor concentradas a las que se veían sometidos todos los comensales.
El personal de sala, como corresponde
a un restaurante de esta categoría, marcó perfectamente los tiempos de cada
plato secuenciando una perfomance de texturas y sabores deliciosamente
acompasada. Sin embargo, no podemos decir que el servicio fuera excepcional. No
por la ejecución en los tiempos de servir – que insistimos, fue perfecta- sino
por la excesiva distancia, frialdad y en ocasiones antipatía que sus
profesionales mostraron hacia algunos de los comensales. Invadir la intimidad
del cliente con explicaciones largas y engorrosas a cada plato es un gran
error. Lo contrario, como insistimos fue el caso en algunos momentos de la
cena, también. Una cercanía que si demostró el jefe
de cocina y verdadero alma mater del restaurante, Pablo Gonzalez Conejero,
cuando disertó con los asistentes al final de la cena.
Joyas para Empezar… Ensalada Caprese. Air Bag de Queso y Morcón. Tartar de Atún Rojo con Mouse de Cebolla, Tomate y Helado de Guisantes. Carabinero 50 con Yema de Codorniz en Salazón, Cous Cous de Brócoli. Verduras en Distintas Cocciones con Mahonesa Caliente de Lavanda y Puré de Setas. Huevo 62-50 con Cocido Crujiente. Nuestra Olla Gitana con Codorniz en Dos. Meluza de Pincho con Paisajes Mediterraneos. Paletilla de Cabrito Lechal 14 h, con su Paté y Guisantes. Nuestros Quesos. Jardín Oriental. Huevo 5 Minutos. Café e Infusiones. Petit Fours. La selección de vinos acertada pues el maridaje con los platos del menú es bastante complejo. Tuvimos la suerte de descubrir vinos que pueden hacer las delicias de cualquier aficionado a los buenos caldos. Nos sorprendió el tinto Ramos Paul realizado en la Serranía de Ronda.
Nora 2.005 D.O. Rias Baixas Hubert Lamy Saint – Aubin 2.008 A.O.C. Bourgogne. Ramos Paul 2.004 D.O. Serranía de Ronda. Watchschütz BerenAuslese 2.006 (Austria) Es casi imposible recomendar algo de forma aislada. Nuestra recomendación es darse un capricho gastronómico visitando el restaurante y dejarse llevar sin mas inquietudes que la de disfrutar de una cocina sensacional, de unos productos de primera y de unos platos casi imposibles. |
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